CINE || ¿Cómo sería ver con tu cuñado Fe de Etarras?

El término cuñado se ha puesto últimamente de moda y es que, efectivamente, todos conocemos a esa persona que considera como reales las noticias de El Mundo Today, que te pasa las cadenas de whatsapp o que cae en las redundancias más simples y absurdas como meterse con todos los políticos. Todos siguen el fútbol, son españoles de bien y, aunque no lo practiquen, son religiosos. Como dios manda.  

Cuando vi el tráiler de la película pensé: hostia, si puede que sea hasta interesante. Quizá tenga una pequeña obsesión con la criminología pero me interesa mucho el género y tuve la creencia de que alguien se había interesado en narrar unos hechos medianamente reales desde otro punto de vista, no ser la víctima sino el verdugo quien narre.  

Tonta de mí. No caí que la película estaba protagonizada por Javier Cámara y Julian López entre otros. (Aquí es cuando insertas el emoji de palmada en la frente).  

Resulta que la película engloba los tres elementos definitorios del cuñado, esos que están arriba. Fe de Etarras. Una película ambientada durante el Mundial de Fútbol que ganó España en 2010, ergo el sentimiento español (y más aún contra los vasco y, justificadamente, contra ETA) y, la fe.  

Tampoco caí que estaba producida por Netflix por lo que la publicidad sería llamativa, a lo grande y polémica. Por ejemplo, las pancartas gigantes que pusieron en Plaza del Sol cuando los estrenos de las nueva temporadas de Narcos: “Oh, blanca Navidad” y, “Sé fuerte. Vuelve Narcos”. Mis dieces a los publicistas.  

¿Qué podrían hacer para mejorar eso? En el centro de San Sebastián pusieron otro cartel enorme que se leía “Yo soy español, español, español” y el nombre de la película. Para colmo, el estreno.  Hay que tener los huevos muy grandes para estrenar una película así el día de la Hispanidad, una semana y media después de todo lo ocurrido en Cataluña el 1 de octubre. El revuelo fue tan grande que una pequeña asociación de víctimas de ETA denunció en la Audiencia Nacional a Netflix porque el cartel podría herir los sentimientos. Y Netflix salió ganando: se hizo eco en las noticias, la gente pedía boicot (como muchas otras veces ante películas o actores polémicos) y publicidad gratis. 

Ahora es donde viene tu cuñado. Tras ver la película te das cuenta de que no va de nada de lo que podías esperar, que su humor es tan sencillo como una camisa blanca, fácil de entender. Tu cuñado se ha reído, se ha quedado a gusto con la película, ha tenido un final poco esperable pero ha sido bonito e irónico. Mientras tanto, tú estás sentado a su lado con cara de pocos amigos y pensando en cómo te la han tramado para que acabes viendo la misma película de siempre. Incluso  Siete apellidos vascos fue más graciosa.

Fe de Etarras | Teaser | Netflix - YouTube

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